El día era feriado, pero un feriado especial, no como otros de quietud y tranquilidad, en este día la gente se mostraban inquietos en las calles, de un lado para otro, era todo algarabía.
Se encaminó hacia el boliche del barrio guiado por una fuerza extraña, entró y se sentó en una de sus viejas mesas de madera. El mozo al verlo encendió el televisor, se acercò y le preguntó que se iba a servir. Él no era de tomar bebidas alcohólicas, pero ese día era diferente, y entonces pidió lo tradicionalmente montevideano, una grappa con limón.
De repente sintió como que una brisa atravesaba el local, miró hacia su derecha y tan solo vio la puerta de entrada y mucha gente pasando por la vereda, y cuando se volvió hacia su izquierda se sorprendió, pues ahí estaba sentado y con su acostumbrada y amplia sonrisa, su amigo, su hermano de la vida.
- Pero que hacer aquí, Gonza?
- Te vine a acompañar, escuche tanto ruido y vi tanto movimiento que resolví acercarme.
La alegría se le escapaba por los poros, estando después de mucho tiempo junto a su amigo, entonces llamó al mozo para solicitarle otra copa para su acompañante. El mozo lo miró extrañado, pues miró la mesa y tan solo había un parroquiano, pero el cliente siempre tiene la razón, y entonces accedió al pedido.
Por la televisión todos los canales transmitía lo mismo, y mostraban la alegría de la gente por las calles.
Gonzalo le preguntó si era carnaval, a lo cual su amigo le respondió que no, que era otra fiesta más importante, pero también una fiesta de todos.
El mozo apoyado en el mostrador lo miraba atentamente como conversaba con la nada, y él seguía feliz con el encuentro inesperado.
De repente desde el televisor se escuchó una melodía, y le dijo a su amigo que se pusiera de pie, no ves que es el himno?. A lo cual Gonzalo preguntó si jugaba la selección. No!! le contestó, y ya parado firme cantaba el himno con suma emoción, mientras el mozo lo miraba pasmado pues veía como movía su mano izquierda como ahuyentando mosquitos, no sabía que estaba tratando de que su amigo cantara también.
Y de pie los dos vieron el juramento, y después la marcha en un vehículo eléctrico por las calles del centro de la ciudad.
- Ves eso es tecnología limpia, sin emisión de carbono!!! le dijo a su amigo Gonzalo, se vienen nuevos tiempos hermano!!!. El mozo seguía sin entender mucho lo que pasaba, y otros parroquianos que se habían instalado lo miraban con cara de sorpresa, pues, hablaba solo.
El que aparecía en la televisión se puso la banda sobre su pecho, y el pueblo exclamó de algarabía, y ahí fue cuando llamó al mozo nuevamente y pidió 2 grappas con limón más.
Gonzalo le decía que eso era como un sueño, pues cuando botijas tantas veces lo habían imaginado, y entonces él le dijo con voz fuerte, brinda conmigo Gonzalo!!!.
Y de repente el mozo se acerco a él para brindar también y otros que estaban presentes también.
Y con su cara feliz y cayéndose alguna lágrima por su mejilla se le escuchó decir:
- Ahora sí hermano, habrá patria para todos !!!!
Se encaminó hacia el boliche del barrio guiado por una fuerza extraña, entró y se sentó en una de sus viejas mesas de madera. El mozo al verlo encendió el televisor, se acercò y le preguntó que se iba a servir. Él no era de tomar bebidas alcohólicas, pero ese día era diferente, y entonces pidió lo tradicionalmente montevideano, una grappa con limón.
De repente sintió como que una brisa atravesaba el local, miró hacia su derecha y tan solo vio la puerta de entrada y mucha gente pasando por la vereda, y cuando se volvió hacia su izquierda se sorprendió, pues ahí estaba sentado y con su acostumbrada y amplia sonrisa, su amigo, su hermano de la vida.
- Pero que hacer aquí, Gonza?
- Te vine a acompañar, escuche tanto ruido y vi tanto movimiento que resolví acercarme.
La alegría se le escapaba por los poros, estando después de mucho tiempo junto a su amigo, entonces llamó al mozo para solicitarle otra copa para su acompañante. El mozo lo miró extrañado, pues miró la mesa y tan solo había un parroquiano, pero el cliente siempre tiene la razón, y entonces accedió al pedido.
Por la televisión todos los canales transmitía lo mismo, y mostraban la alegría de la gente por las calles.
Gonzalo le preguntó si era carnaval, a lo cual su amigo le respondió que no, que era otra fiesta más importante, pero también una fiesta de todos.
El mozo apoyado en el mostrador lo miraba atentamente como conversaba con la nada, y él seguía feliz con el encuentro inesperado.
De repente desde el televisor se escuchó una melodía, y le dijo a su amigo que se pusiera de pie, no ves que es el himno?. A lo cual Gonzalo preguntó si jugaba la selección. No!! le contestó, y ya parado firme cantaba el himno con suma emoción, mientras el mozo lo miraba pasmado pues veía como movía su mano izquierda como ahuyentando mosquitos, no sabía que estaba tratando de que su amigo cantara también.
Y de pie los dos vieron el juramento, y después la marcha en un vehículo eléctrico por las calles del centro de la ciudad.
- Ves eso es tecnología limpia, sin emisión de carbono!!! le dijo a su amigo Gonzalo, se vienen nuevos tiempos hermano!!!. El mozo seguía sin entender mucho lo que pasaba, y otros parroquianos que se habían instalado lo miraban con cara de sorpresa, pues, hablaba solo.
El que aparecía en la televisión se puso la banda sobre su pecho, y el pueblo exclamó de algarabía, y ahí fue cuando llamó al mozo nuevamente y pidió 2 grappas con limón más.
Gonzalo le decía que eso era como un sueño, pues cuando botijas tantas veces lo habían imaginado, y entonces él le dijo con voz fuerte, brinda conmigo Gonzalo!!!.
Y de repente el mozo se acerco a él para brindar también y otros que estaban presentes también.
Y con su cara feliz y cayéndose alguna lágrima por su mejilla se le escuchó decir:
- Ahora sí hermano, habrá patria para todos !!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario